El último tren


La estación de tren de Fidenza estaba tranquila esta noche, con la mayoría de los pasajeros ya en sus destinos y solo unos pocos rezagados esperando el último tren. Entre ellos encontré un hombre sentado en el andén, solo y aparentemente cansado.  

La suave luz del techo de la estación se filtraba sobre él, envolviéndolo en un halo de tranquilidad y paz. Era como si estuviera aislado del mundo exterior, sumido en sus pensamientos mientras esperaba su tren.  

A medida que pasaba el tiempo, el andén se iba vaciando cada vez más y él seguía allí, inmutable. Quizás estaba esperando a alguien, o tal vez solo necesitaba un momento de tranquilidad en un lugar que le resultaba familiar.  

Aunque el momento era silencioso, la imagen parecía tener algo de poesía. Era un momento de transición, de finalización del día y preparación para el siguiente, y él estaba allí, en medio de todo y yo capturando con mi cámara ese momento en una sencilla fotografía.

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