Vendedora


En Piazza delle Erbe de Verona, me encontré con una vendedora apasionada en su puesto. Mientras yo observaba la multitud de turistas que se paseaba por la plaza, ella se concentraba en organizar los souvenirs que vendía para los visitantes. La vi poner cuidadosamente cada artículo en su lugar, asegurándose de que todo estuviera perfecto para sus clientes. A pesar del bullicio y el ajetreo de la plaza, su atención y dedicación a su trabajo eran admirables. Fue un recordatorio de que incluso en medio del caos, se puede encontrar la paz y el enfoque en las tareas que uno ama.

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