Los chicos de la cuadra


Acostumbro llevar una pequeña cámara fotográfica en la mano cuando voy camino al trabajo. Así, cuando se me presenta una oportunidad, capturo el momento. La fotografía callejera es un pasatiempo emocionante y gratificante. En esta ocasión, mientras estaba pasando cerca del Bar Baren de Fidenza, un grupo de jóvenes se dio cuenta de que tenía mi cámara en mano y me pidieron que les tomara algunas fotos. Estos jóvenes, que forman parte de las calles y cuadras de la ciudad, representan parte de la realidad de la urbe, transmitiendo su energía, vitalidad y mostrando su contraste.  

La fotografía callejera retrata la vida cotidiana, susurra historias y captura momentos auténticos y espontáneos de los peatones, paisajes urbanos y la forma de vida de una sociedad. La belleza de la ciudad radica en su diversidad y en cada uno de sus habitantes, incluso en aquellos considerados "los chicos de la cuadra". El hecho de que estos jóvenes me hayan pedido una foto demuestra que la fotografía es una herramienta para conectar con las personas y crear momentos de unión y empatía. 

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