Refugio Matutino


Estación de Parma, las primeras horas de la mañana. Los pasajeros vienen y van, y entre ellos, una mezcla de lugareños e inmigrantes se apresuran hacia sus trabajos diarios. Sin embargo, hay un punto de encuentro casi sagrado: el bar. Aquí, el café no es solo una bebida, es una pausa, una recarga de energía que nos permite enfrentar el día con más fuerza.  

En esta imagen, capturo esa rutina que parece formar parte del ADN de quienes transitan por la estación. Mientras me tomo mi propio café, observo cómo el bar se convierte en un refugio para todos: las conversaciones fluyen, algunos revisan sus teléfonos, otros simplemente disfrutan del momento. Este espacio parece detener el tiempo, permitiendo a cada persona prepararse para lo que viene. Ese café no es solo una costumbre, es el combustible que enciende las ganas de seguir adelante en medio del ajetreo matutino. 

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